Tuesday, April 04, 2006

Ejercito de fuego


Coro, Estado Zulia (Venezuela)
Fuego a diestra, Fuego a siniestra
Marzo 27, 2006

Finalmente una parada en el camino, luego de 5 horas de viaje incluso Placebo comienza a hacerse repetitivo (no debí dejar los demás discos en el hotel), y en verdad la charla de cortesía se acabó hace un par de días, ya no necesito hablar con nadie y el acento de todos comienza a no ser tan gracioso; al bajar de los carros se evidencia la necesidad de estirar las piernas, estoy un poco entumecido, y la verdad desearía que pudiera también estirar el alma, alisar los pliegues que se han hecho luego de cargarla en la maleta, donde solo se acumula desasosiego. Me alejo un poco del grupo para reencontrarme con el silencio y saludarme luego de largo rato; veo que no soy el único, mi jefe hace lo mismo tras un cigarrillo, no voy con él porque respeto su tranquilidad y además creo que no soportaría la tentación de fumar. Tal vez fue el humo de aquel cigarrillo lo que me llamó la atención, pero descubrí que a lo lejos el llano fumaba también, en grandes bocanadas un humo negro en el alma del horizonte, en el medio de una vegetación impenetrable lo que me hizo dudar sobre quien a comenzado el fuego en la mitad de la nada, no tengo tiempo de preguntarle al llano porque ya tenemos que estar de regreso en camino.

No han pasado 20 Km (gracioso que a estas alturas mida mi tiempo en Km), cuando los reflejos intermitentes de una luz de tintes naranjas me despiertan, y descubro al incendiario del llano, la ira del sol y la penuria de la misma tierra, y de las entrañas del sexo furioso entre ambos el nacimiento de un ejército de fuego, fuego a diestra, fuego a siniestra, la manera de purgar la tierra, una tierra suicida que se prende en llamas para eliminar sus propios pecados, o tal vez como un reclamo incandescente ante el desprecio del hombre. Luego del asombro de ver como arde la tierra por su propia voluntad, le pongo play al disco, porque definitivamente el fuego arde de manera más bella cuando Brian Molko canta, sonrío y finalmente luego de algunos días de conflicto con el mundo encuentro paz en esta tierra ajena.


Ricardo.

PS: Ese creo que era el último, les debo las fotos, pero me ha dado pereza subirlas... en estos días lo hago.

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