Pelea Ronald, Pelea!
Febrero 20 - 2006
Estacionado a la orilla del rio.
Guayaquil
Estacionado a la orilla del rio.
Guayaquil
El calor nunca ha sido mi elemento, cuando hace demasiado calor tiendo a perder la concentración, a diluir el tiempo en el bochorno, tal vez por eso ahora mientras afuera hace un calor digno del mismisimo infierno (40 ºC, 60% Humedad) yo mantengo unos sanos 22 ºC en el interior de la camioneta, además es la única manera de sostener una barrera infranqueable entre los mosquitos y yo; los mosquitos nunca han sido mis amigos, y gustan bastante de mi sangre, gota a gota de un elixir que al parecer los entusiasma. Asi transcurren mis primeras horas al llegar a la ciudad, aislado en mi pequeño pedazo de nevera, pensando que demonios impulsaría a la gente a vivir en un lugar asi, Guayaquil, la ciudad más grande de Ecuador, queda al lado de un rio, el Guayas, y está rodeado de sembradíos de arroz, sembradíos de arroz y pobreza, claro está, y todo eso atrae a los mosquitos, a los mosquitos y al calor. Voy a detestar Guayaquil.
Y la lluvia no alivia la situación, una bendición para los arroceros, pero una catástrofe para quienes no tienen sus casas a 2m de altura sobre el suelo, casas en el aire diseñadas para escapar al invierno, que inunda los caminos creando pequeñas venecias, con plaga y todo, rodeando la desesperación de los indigentes submarinos de un halo de fábula, pequeños asentamientos humanos, acostumbrados a vivir sobre zancos, para no ahogarse, que maldicen la lluvia al mismo tiempo que bailan para que llueva más, como lo hacemos todos los demás, pretendiendo renegar de nuestra suerte mientras rogamos por un poco de veneno.
Babahollo, Empalme, San Diego, pequeños caceríos, donde la gente va al supermercado en canoa, mientras una autopista divide sus rutas en dos; y en todo pueblo un KFC, fue sorprendente ver al Coronel Sanders mostrar su rostro en lugares tan deprimidos como estos, pero no podía faltar, en cualquier población los freidores de pollos de Kentucky sumergían en aceite miles de aves Ecuatorianas; un estornudo de un pollo en una bodega de KFC ecuatoriana, y medio país se muere, porque me imagino que si hay tantos es porque la gente les compra a manos llenas, llenas de cepa H5N1, una pandemia esperando ocurrir.
De noche visitamos el Malecón, la parte que la alcaldía arregló para mostrarselo a los turístas, al pie del rio, de aguas oscuras, y un olor ácido, suave pero humedo a la vez, algunos kilómetros destinados a las esculturas, y monumentos a los heroes, en el centro Bolivar y San Martín estrechan la mano antes de pelear irremediablemente, egos de libertadores que no pudieron conciliar, 10 pasos más al norte un jabalí (?), ¿que carajos hace un jabalí a 10 pasos de Bolivar? no tengo la menor idea; la verdad el jabalí me sorprendió, pero lo que vería más adelante me llenó de esperanza. Escondido, detrás de algunas tiendas de artesanías, y un bar, el rojo característico de su cabello, sí, es Ronald McDonald! un último reducto para el gentil payaso de las diminutas hamburgesas, en su futil lucha contra el sonriente Coronel, no pude menos que sentir simpatía por el pobre Ronald. Pelea Ronald, Pelea! Y tal vez sería una alucinación por el calor, pero pude imaginarme a Ronald y el Coronel, estrechando las manos, en el lugar donde lo hicieron Bolivar y San Martín, y a 10 pasos, un Jabalí.
Ricardo.
PS: Todo parte de buenas intenciones, pero del dicho al hecho hay mucho trecho, sin embargo de algún lado se tiene que comenzar... comenzemos contando, de pa'trás y que al final todo se acabe: world-end-solution un espacio para que cada uno ponga su granito de arena... pues si se les da la gana carajo, una iniciativa para apasiguar las quejas de un sector de mi ego...
PS2: Pronto más fotos... las fotos se ven un tris raras, porque fueron tomadas a 100Km/h, siempre en movimiento.
Y la lluvia no alivia la situación, una bendición para los arroceros, pero una catástrofe para quienes no tienen sus casas a 2m de altura sobre el suelo, casas en el aire diseñadas para escapar al invierno, que inunda los caminos creando pequeñas venecias, con plaga y todo, rodeando la desesperación de los indigentes submarinos de un halo de fábula, pequeños asentamientos humanos, acostumbrados a vivir sobre zancos, para no ahogarse, que maldicen la lluvia al mismo tiempo que bailan para que llueva más, como lo hacemos todos los demás, pretendiendo renegar de nuestra suerte mientras rogamos por un poco de veneno.
Babahollo, Empalme, San Diego, pequeños caceríos, donde la gente va al supermercado en canoa, mientras una autopista divide sus rutas en dos; y en todo pueblo un KFC, fue sorprendente ver al Coronel Sanders mostrar su rostro en lugares tan deprimidos como estos, pero no podía faltar, en cualquier población los freidores de pollos de Kentucky sumergían en aceite miles de aves Ecuatorianas; un estornudo de un pollo en una bodega de KFC ecuatoriana, y medio país se muere, porque me imagino que si hay tantos es porque la gente les compra a manos llenas, llenas de cepa H5N1, una pandemia esperando ocurrir.
De noche visitamos el Malecón, la parte que la alcaldía arregló para mostrarselo a los turístas, al pie del rio, de aguas oscuras, y un olor ácido, suave pero humedo a la vez, algunos kilómetros destinados a las esculturas, y monumentos a los heroes, en el centro Bolivar y San Martín estrechan la mano antes de pelear irremediablemente, egos de libertadores que no pudieron conciliar, 10 pasos más al norte un jabalí (?), ¿que carajos hace un jabalí a 10 pasos de Bolivar? no tengo la menor idea; la verdad el jabalí me sorprendió, pero lo que vería más adelante me llenó de esperanza. Escondido, detrás de algunas tiendas de artesanías, y un bar, el rojo característico de su cabello, sí, es Ronald McDonald! un último reducto para el gentil payaso de las diminutas hamburgesas, en su futil lucha contra el sonriente Coronel, no pude menos que sentir simpatía por el pobre Ronald. Pelea Ronald, Pelea! Y tal vez sería una alucinación por el calor, pero pude imaginarme a Ronald y el Coronel, estrechando las manos, en el lugar donde lo hicieron Bolivar y San Martín, y a 10 pasos, un Jabalí.
Ricardo.
PS: Todo parte de buenas intenciones, pero del dicho al hecho hay mucho trecho, sin embargo de algún lado se tiene que comenzar... comenzemos contando, de pa'trás y que al final todo se acabe: world-end-solution un espacio para que cada uno ponga su granito de arena... pues si se les da la gana carajo, una iniciativa para apasiguar las quejas de un sector de mi ego...
PS2: Pronto más fotos... las fotos se ven un tris raras, porque fueron tomadas a 100Km/h, siempre en movimiento.
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