Demasiado poco demasiado tarde...

¿Alguna vez has pensado en lo mucho que la vida se sostiene sobre el azar? estar en el lugar correcto en el momento correcto, o al contrario, correr con la suerte del perro y estar justo en el punto indicado en el momento indicado para que nada pueda ir peor; puedes calcular tus movimientos y hacer planes para el futuro, pero nada detendrá el momento en que tu mala suerte se alineé con tu mal karma y todo finalmente te deje a la deriva. Mientras paso por la carretera me detengo a pensar en las cruces a la orilla, la via es un campo santo sin consagrar, un lugar donde muchos han visto ese último instante y tal vez han dicho "Dios mío protégeme" y el destino les ha vuelto la cara y les ha dicho "Demasiado poco demasiado tarde"; y cuando leo los nombres inscritos en esas cruces me pregunto ¿Que me hace diferente hoy de ellos? ¿Porqué el destino me da via libre si tener que rendirle cuentas y ellos tuvieron que ver el final en ese mismo lugar que para mi ahora es tan solo un recuerdo, y para ellos fue el último? solo un momento me permito transitar por ese pensamiento, porque conozco mi propia paranoia, y se que si me quedo allí probablemente tenga que cambiar de trabajo, asi que le dejo a los muertos sus pesares y me quedo con los míos. Y mientras pasó desapercibido por esa cicatriz en la montaña, que la rodea una y mil veces, lo patético de la dicotomía constante en mi mente, se alía con lo poético del escenario y aunque soy puramente un amante de la civilización y del progreso confieso que en ese instante, en ese lugar me dije que no le guardaría rencor a la tierra si quisiera cobrar venganza y se tragara mi alma y mil más para mitigar su dolor. Y de nuevo la melancolía se cuelga de la fértil idea de mi propio fin, tan familiar desde hace tanto tiempo, y como si pareciera que el cielo me escuchara se cierra y deja caer sus lágrimas, en una lluvia tan repentina como interminable, y se alinea con mi ánimo en ese lejano lugar lejos de lo que me hace feliz, y en ese momento en ese lugar aun me sorprende lo poco que se necesita para hacerme sonreír.


Ricardo.

PS: esta vez si tengo fotos... pero todavía no las pongo en alguna parte donde las puedan ver, tal vez más tarde.