Creo que he sufrido de claustrofobia selectiva desde que tengo memoria, lo complicado es que puede rápidamente cambiar a una agorafobia aleatoria de manera totalmente caprichosa, tal vez al final de cuentas simplemente sea algo ansioso y un poco psicorígido para enfrentar el mundo real; o tal vez los carros deberían tener más ventilación al interior de los maleteros, tal vez no soy claustrofóbico tal vez cualquier persona se pondría nerviosa si pierde el aire minuto a minuto mientras pelea con la cerradura de un maletero en un carro que recorre desconocidas distancias en reversa.
Fue un libro de autoayuda el que leí, o parte de la biblia, tal vez un articulo sin sentido al lado del centerfold de una revista porno, pero solo logro recordar el título "101 formas de escapar de un maletero", ya lo recuerdo, solo leí el título, el porno siempre es más urgente y no deja tiempo a la literatura, maldita sea, nunca llegué a pensar que sería asesinado en una truculenta conspiración entre mis fobias y mis hormonas; trato de recordar porque estoy en este lugar, recorro mis pasos desde el momento en que desperté aquel día, recuerdo una discusión en casa, algo a cerca de no tener dinero y mi afición por la taxidermia, recuerdo haber tomado el carro sin permiso luego de dejar el campo de batalla tras decir "...no es una celebración de la muerte, es una celebración de la vida!..." y "...además nunca dije que fuera a ser un taxidermista, simplemente que me gustaría aprender como se hace...", recuerdo como a 60 Km/h la vida pasa en cámara lenta mientras te alejas de la ciudad hacia el norte, recuerdo haber tomado el desvío cerca del lago donde solía cazar lagartijas, para luego exponerlas a la radiación y tener finalmente un ejército de dragones, y luego subir por el camino donde siempre dije que nadie me encontraría el día que huyera y al final del cual siempre supe que había un pueblo fantasma de refugiados o una olla de oro custodiada por un duende, pero recuerdo al final mi desilusión cuando solo encontré la via cerrada por un risco, desde el cual se tenía una vista increíble de la sabana que rodea la ciudad; finalmente recuerdo haber sentido el peso de la soledad, y el palpitar del horizonte, y haber preferido el calor del maletero donde los bajos de aquella canción de los Smashing Pumkins suenan tan claros que podrías quedarte dormido al ritmo de su marcha, y recuerdo como al entrar dejé cuidadosamente abierto el maletero... justo como está en este momento, 2 segundos antes que se me termine el aire, cuando finalmente trato de empujar la puerta, y tomar una bocanada de aire, saltando libre al fin de aquella fobia a lo interior, pero expuesto a aquella otra a lo exterior, el carro está detenido, este lugar está muy descubierto y aquella roca parece un perfecto escondite para un francotirador, mejor entro al carro y me voy a mi casa, estoy seguro que si hago un buen tiempo alcanzo a llegar a la comida, donde puedo mentir y decir que pasé el día en un curso de taxidermia, solo para ver la desilusión en sus rostros, al final de cuentas tener 17 años y no saber que hacer con tu vida, tiene sus beneficios incluidos.
Ricardo.
Ps: una máquina del tiempo imaginaria, para suplir el vacío de no contar con una real... y un ejercicio para ver hasta donde se puede mentir en primera persona...