Virtualy impossible
Noviembre 7, 2006.
Aun más veloz que la luz, un objeto superaría todas las barreras sin ni siquiera sentirlas si viajara a la velocidad del pensamiento, en un momento puedes cruzar fronteras, paralelos y meridianos, cierra los ojos, en un lugar ajeno donde el aire huele distinto, donde la gente habla distinto donde los ojos de la gente tienen un sombrío distinto, cierra los ojos para encerrarte en aquel espacio donde aun conservas la calma, busca el interruptor de luz, y siéntate a conversar con el recuerdo de mejores momentos, encuentra en la música el transporte necesario para atravesar la miseria, de lugares y personas, y encontrarte con la promesa que todo va a estar bien, mientras esperas la sincera confirmación en aquellos ojos en los que descubres luces nuevas cuando aun no las estás buscando, y todavía te intrigan cuando se nublan, aun me sorprende lo mucho que se ha transformado ese lugar, aquel refugio interior que antes se presentaba mucho más incierto que el mismo exterior; en este mismo lugar en una ocasión anterior me sorprendería prefiriendo la desidia de la realidad a lo claustrofóbico de aquel viaje interior, hoy creo que si no fuera por el hambre y algún tipo de animal que amenaza con transmitirme alguna enfermedad tropical, podría quedarme inmerso en este viaje a la velocidad del pensamiento, virtualmente imposible, pero ciertamente eficaz, porque puede que no haya inventado la teletransportación, pero fácilmente puedo abandonar este lugar que ya se está parando insistentemente sobre mis nervios, mis frágiles y reactivos nervios, abre los ojos, porque no creo que vaya a ganar el juego de serios con este bicho y estoy seguro que no sobreviviría lo que fuera a infectarme, asi que subo las ventanas, pongo el aire (muy a pesar de mi deteriorada salud respiratoria) y cierro de nuevo los ojos, porque esta vez si sé que hay un mejor lugar.
Ricardo.